MUSICA |
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Familia Busca |
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Dentro de la música tenemos un
componente de la familia que ha destacado de una manera importante, fue el
segundo hijo de Juan Bautista Busca Peretto y Josefa Antonia Sagastizabal
Zabalo. Juan Ignacio Busca
Sagastizabal IGNACIO
BUSCA SAGASTIZABAL
APUNTES BIBLIOGRAFICOS Nació el 14/10/1868 a las 4,30 horas (AM) y
fue bautizado ese mismo día en la iglesia de la asunción de Nuestra Señora,
en Zumárraga con el nombre de Juan Ignacio Busca Sagastizabal. Hemos decidido aprovechar el material
biográfico aportado por Angel Cruz Jaka, para dar una semblanza de este
singular Busca, al que el Ayuntamiento de Zumárraga ha dedicado un parque en
su pueblo natal y ha levantado un busto.
Cuando a Juan Ignacio le llegó
la edad de su formación, su padre, le envió al Colegio de los escolapios de
Tolosa, en dicho colegio, como profesor de Música se encontraba el maestro
Gorriti, de quien Juan Ignacio recibió lecciones. En una carta que conserva
la hija de Juan Ignacio, decía al "italiano" por su alumno “que era
Juan Ignacio, de una memoria privilegiada para la música, pero como toda
persona inteligente, poco amigo de trabajar demasiado. Había terminado sus
estudios en los Escolapios, Juan Ignacio es enviado por sus padres a
Salamanca, a estudiar latín, bien porque el chico siente vocación para ello o
porque por entonces era costumbre en las familias que un miembro fuera
religioso. Su nueva carrera es la eclesiástica e ingresa en la universidad
pontificia. Cuentan que un buen día,
después de unas vacaciones en familia, monta en tren en Zumárraga con la idea
de bajar en Salamanca, pero en Venta de Baños se olvida de transbordar al
tren que le debía llevar a su destino. Pudo más el Madrid de “el Ventorrillo”
y de los primeros "chotis", que las místicas piedras doradas de la
Ciudad del Tormes. En Madrid, se encontraban amigos suyos, y desde allí
escribió a sus padres diciendo que la música era su verdadera vocación y que
a ella exclusivamente le dedicaría todo resto de su vida. El día que recibió
el padre esta carta, en la casa del "italiano" no debió haber concierto
en la sobremesa, sino escándalo. Juan Ignacio, con esta decisión premeditada
o repentina, marca un nuevo rumbo a su vida. En Madrid, continúa Juan
Ignacio los estudios de música, iniciados en Zumárraga con el organista
Leturia, luego en Tolosa con el Navarro Felipe de Gorriti. Renace en él, el
primer amor siendo niño, corriendo por los bajos de su casa, y renueva éste
con Casimira de Gabilondo, que reside en Pitillas, así entre su vida en
Madrid y visitas de cuando en cuando a Pitillas y Zumárraga, un buen día
contrae matrimonio con su viejo amor, y se instalan definitivamente en
Madrid, Donde Juan Ignacio ha sentado plaza, como organista eventual. Se casó
con Casimira Gabilondo Oyarzabal el 12 de agosto de 1.899. Se sabe, que en Madrid, Juan
Ignacio, ha destacado por su entusiasmo Wagneriano. Hemos dicho anteriormente que a
Juan Ignacio, al igual que a sus maestros que tuvo Leturia y Gorriti, le
absorbía el órgano. Dicen algunos que, de la flauta simple, salió el órgano
al unir varias cañas con cera, según idea de Pas; así dice Virgilio en su
tercera Égloga: "Pan primis calamen cera conjugens plures
instituir". Como instrumentó completo, el órgano se formó en la Edad Media,
reuniendo el timbre y extensiones de todos los instrumentos. Para realizar
esta síntesis, nada más adecuado que el aire por sus efectos de vibración y
para reproducir el calor del instrumento que se desea sonar. Juan
Ignacio Busca Sagastizabal
Retrato de Flores Kaperotxipi . Para Busca Sagastizabal, hombre
que ansiaba, como un nuevo Wagner, reunir todos los elementos sonoros en un
compendio de bellezas y armonías, el órgano sería el instrumento ideal y en
el cual, él podía dar rienda suelta a sus impresiones y vibrar sus
interpretaciones de los grandes maestros. Tanto en el órgano de la parroquia
de Santa Bárbara de Madrid, como en la de San Francisco el Grande, que en
fecha 12 de noviembre de 1.925, en reñida oposición consiguió la plaza de
director organista, como sentado ante otros órganos, se sentiría feliz, como
un muchacho junto a la joven deseada y soñada, con la ilusión de subir y
destacar. Es su destino, como un Busca que es. Juan Ignacio, sigue en Madrid,
improvisando conciertos de órgano. Compone himnos a la Virgen de Covadonga, a
la Congregación Franciscana, a los Luises, villancicos pastoriles, etc.... y
en 1.924 compone un himno Eucarístico, que es cantado por primera vez en Junio, ante el Rey. La letra
llegará a traducirse a varios idiomas y se cantará en todo el mundo en los
momentos más solemnes del culto católico. Los éxitos de Viena y Roma se
confirmaran más tarde en el magno Congreso Eucarístico de Chicago, de Sidney,
de Buenos Aires, Barcelona, etc... etc. Dicen de él, que después del Padre
Nuestro, el "Amor de los amores", es la creación más sublime que
sube al cielo. Que al dedicar la partitura de la canción a la infanta Isabel,
la princesa más salerosa conocida como la "Chata", dicen de Juan
Ignacio “ya tiene un pie en el cielo y otro en el Palacio de Oriente". Busca Sagastizabal, se hace
popular en Madrid. En la cúspide de su carrera sigue trabajando en
composiciones nuevas tales como "Dos Canciones Gallegas", "Dos
Canciones Vascas", una pequeña opereta, una enternecedora canción de
Semana Santa como es "Mendice Golgetan" y "Oh, pecador
ingrato" pero lo que más le absorbe es la vida familiar a la que se
dedica como buen padre. Tiene un hijo y tres hijas. En la temporada de
verano, se reparte para su descanso entre Pitillas y Zarauz y entre estas dos
poblaciones, no deja de hacer una visita relámpago a su pueblo natal. Cuentan que, con motivo de una
gran festividad que se celebraba en Madrid, un día del año 1.928 incluida una
función religiosa en San Jerónimo el Real, toma parte junto a la orquesta y
Coro de dicha iglesia, la de San Francisco el Grande y su organista Busca
Sagastizabal al frente de ella. A la terminación del acto y en el momento en
que tenía que interpretarse el "Himno Eucarístico", el organista de
la iglesia "Real" y el de la iglesia "Grande" discutieron
por definirse cual himno tenía que interpretarse, si la "Marcha
Real" o el "Eucarístico". Ante la gran pausa imprevista, con
un templo lleno de entorchados y galones, de damas encopetadas, con su
Majestad al frente, el Santísimo expuesto, Busca Sagastizabal que se encontraba
en terreno ajeno a su jurisdicción y viendo las de perder, decidió ausentarse
y cuando se perdía por la puerta de salida, fue requerido para que volviese,
pues el rey extrañado por la pausa, había preguntado a qué era debida, por lo
que al enterarse de la causa, ordenó que se interpretará el "Amor de los
Amores". Busca Sagastizabal en esta ocasión, había ganado una batalla,
pero también un enemigo. La vida es así, es difícil entenderla. Hemos dejado para lo último,
las vivencias de Juan Ignacio con su pueblo natal, que también las hubo,
aunque toda su vida o gran parte de ella, la tuvo como hemos visto en Madrid.
Con motivo
de los carnavales de 1.893, en una visita relámpago que hacía a Zumárraga don
Juan Ignacio, que para aquella fecha, era un consumado y buscado organista en
la Corte; cambiando impresiones musicales, con sus amigos don Joaquín
Castañeda, don Moisés de Oraa y el director de la Charanga local don Martín
de Elola, les dice, el maestro Busca: "que habiendo elementos de sobra
en la Villa capaces de lograr la formación de una gran Banda de Música
Municipal, había que dar estímulo para el logro de ello, y quien más que
ellos eran los llamados de principio, en dar los primeros pasos". Sin
perder tiempo, de seguido redactar una carta y entregan en la Secretaria del
Ayuntamiento. Este sería el nacimiento de la banda de música de Zumárraga. Pasan años, y Juan Ignacio va
también sumando en años. Siempre que puede el día de la fiesta grande de
Zumárraga, el 2 de julio, viene a la Antigua, y se pasea por la falda de
Beloqui. En el año 1.926, la gente de la villa, quiere coronar este monte
colocando una Cruz de hierro, y abre una suscripción para cubrir los costes,
y vemos que enterado Don Juan Ignacio, envía de desde Madrid para este objeto
la cantidad de 25 pesetas. El año siguiente, 1.927, el
Orfeón Donostiarra, henchido de triunfos, cumple los 25 años de existencia, y su director Don
Secundino de Esnaola, quiere celebrarlo en su querido Zumárraga, y aquí se
viene con toda su muchachada, y también como no, desde Madrid llega Don Juan
Ignacio Busca Sagastizabal y en el gran concierto celebrado en el Frontón
Municipal, de las 14 piezas seleccionadas que canta primorosamente el Orfeón,
(3 de Guridi, 3 de Sorozabal, 2 de Usandizaga, 2 del P. Donosti, 2 de
Esnaola, 1 de Gazcart) BI EUZKAL ABESTI
-de Busca. Fatal año 1.936 - Estalla la
guerra civil. Dispersión por todas partes. Los últimos supervivientes de la
época romántica y bella de Zumárraga, sufren las amarguras de las
separaciones familiares. Alguno llega a ser fusilado, como lo fue el famoso
anciano redoblante tamborilero, uno de los muy pocos que vivía de los
componentes de “la laureada” de Bilbao, Don Hilario de Aramburu. Tragedias
estas, sucedidas en todas las guerras civiles. Empieza el "éxodo" y
"peregrinaje" del último, Don Juan Ignacio de Busca Sagastizabal.
Primero sale de Madrid a la vecina Francia. De Francia a España. De España a
Venezuela. De Venezuela a Zarauz; siempre acompañado en este peregrinaje
póstumo, de su esposa Doña Casimira de Gabilondo y de su hija Carmentxu.
Llega el año. 1.949. Don Juan Ignacio ya ha entrado en la década octogenaria.
Las cuentas de su rosario, del de su vida, están llegando a su fin, pero este
fin, tiene una estación gloriosa. Un amigo de sus primeros años, algo más
joven, pero que tantísimas veces le había conocido compartir con su padre,
sentimientos musicales, Don José Joaquín de Castañeda, es teniente alcalde de
San Sebastián. A pesar de las distancias políticas que podían separarles, sigue
siendo su fiel amigo. Como amante de la música y buen discípulo de su padre,
organiza la 1ª Quincena Musical (y sigue hoy todavía funcionando) en San
Sebastián, para el mes de Septiembre, un concierto al aire libre en la Plaza
de Toros, que será conocido como el de "Las Mil Voces" por ser éste
el número de sus componentes. Para dirigir esta masa de
voces, contrata al maestro italiano Mauricio de Tura. En el repertorio,
incluye "Dos canciones Vascas" y "Dos canciones Gallegas"
de su amigo Busca Sagastizabal. Llegado el día, invita al señor Busca
Sagastizabal para que presencie el concierto, y que se celebra "lleno
hasta la bandera". Cuando se cantan las canciones de Busca - se repite
lo mismo que hace 70 años en Madrid con Iparraguirre, en el Teatro Real - el
público que sabe se encuentra allí, reclama su presencia en aplausos, al
autor de las canciones, al centro de la plaza. Don José Joaquín,
personalmente, va a buscarle y le invita a que haga, lo que miles de
personas, piden con aplausos. Acude, y es presentado y felicitado por el
maestro Tura, tras esto, es abrazado por éste y por el señor Castañeda en
medio de un delirio de aclamaciones de los asistentes que presencian con
emoción la escena tan emotiva. Unos meses más tarde, el 7 de
marzo de 1.950, fallecía en Zarauz y su última voluntad se cumplía "de
que sus restos mortales, descansaran, donde dormían eternamente, muchos que
como él, vivieron años bellos de "sensibilidad y fraternidad" notas
que se aprende, en el “pentagrama” musical 6 de Septiembre de 1.949 ROTUNDO ÉXITO DE LAS MIL VOCES Vale la pena de volver a
escucharlos. El domingo, por la tarde, tuvo lugar la esperada audición, del
grandioso coro guipuzcoano. El público, que llenó el aforo, puesto a la
venta, subrayó con cerradas ovaciones su manifiesto agrado por el estupendo
regalo ofrecido por los coros de Guipúzcoa. Creemos sinceramente que lo del
domingo -en el aspecto técnico- que, más bien lección para directores que
para cantores. El maestro Mauricio de Tura, supo obtener un fruto artístico
insospechado en una masa coral de tales características. Las previsiones, más
o menos veladas, que existían para este concierto, se disiparon ante la
realidad. Quedó demostrado la viabilidad de este conjunto, y se puso de
relieve que su actuación no constituía nunca la mayor concesión a la
"gamberrada" y aunque parezca palabra fuerte. Entusiastas,
indiferentes y escépticos se fundieron en aplausos sinceros el domingo, ante
el desarrollo del programa. Recojamos la concurrencia
lógica de este concierto: puede repetirse (nos lo preguntamos a su
terminación numerosos espectadores, ansiando una respuesta afirmativa. Se
comentaba que sólo en Guipúzcoa ha podido hacerse esto; cierto, y no lo es
menos que Guipúzcoa musical puede hacer más aún. Fíjese para el año próximo
(Dios mediante) el programa, esta misma semana. Gran oportunidad la de 1.950
en el campo coral; centenario de Juan Sebastián Bach, con cuantos significa
este inconmensurable autor. ¿Podemos imaginar el realce artístico de
Guipúzcoa, preparando un buen programa mixto de profano y religioso para el
verano próximo?. Las Agrupaciones de los distintos pueblos y de la capital,
intercambiando sus audiciones, e interpretaciones (religiosas, hasta semana
Santa; profanas, después), para terminar conjuntando bajo una batuta el nuevo
alarde que puede ofrecer Guipúzcoa, dando un nuevo y mayor ejemplo de cultura
artística; mayor, porque no deben quedar al margen, en otros años, Andoain,
Azcoitia, Eibar, Ormaiztegui, Pasajes, Rentaría, Motrico, Hernani,... ¿Hace
la idea?. Entre muchos detalles,
destacables del acto del domingo, recogemos la simpatiquísima acogida
dispensada por el público y Coro al autor del "Zagarren""
Busca Sagastizabal, que, a sus ochenta años, acompañado de su esposa, se
personó en la plaza, estimulando con su venerable presencia a los cantores. Septiembre 4 de 1.949. POLIFONÍA CLÁSICA La Plaza de Toros presentaba un
magnífico espectáculo. En el palco presidencial se encontraba el veterano
compositor Don Ignacio Busca Sagastizabal. En otro próximo el maestro Guridi.
Asisten también otras personalidades del Arte musical. El concierto de Mil
Voces de Guipúzcoa, revistió una gran emoción. Pocas veces, se ha dejado
sentir atracción semejante y mayor interés por una audición popular. El
proyecto que nació y creció con la duda de su resultado transcurrió en medio
del creciente interés, con lo cual lo que ha quedado francamente demostrado
es la categoría de nuestras masas corales y las posibilidades y campo que
abre a la esperanza de futuras recitaciones. Las corales que intervinieron
son: Coral Loinaz de Beasain; Coral de Santa Cecilia de San Sebastián; Coro
Easo, Coro Maitea, Escolanía de Tiples de Nª Sª de Lourdes, y Escolanía
Felipe Gorriti de Tolosa , Orfeón de los Buenos Amigos de Irún, Orfeón Fuenterrabía, Orfeón Donostiarra, Orfeón
Vergarés, Schola Cantorum de Nª Sª del Coro y Schola Cantorum Santa Cecilia
de Oñate, dirigidas por el Maestro Mauricio de Tura, dirección con sencilla
espontaneidad (I) matizando y diciendo las frases con calor y bellas
sonoridades tanto en los fuertes, nada estridentes, como en los pianísimos
más armoniosos y de gran efecto. El "Ave María",
"O Vos omnes", " O Magnurus mysterium", y la
"Salve" de Anchieta, fueron exponentes de magníficos acentos
expresivos. Lo mismo decimos del Madrigal, "Fonte Frida" de Lasso,
que goza de un gran carácter. En las obras populares, en un preciso ajuste.
Este género vivió una gran emoción, desde el "Agur Jaunak" de Luis
Urteaga, muy bien trazado por cierto y que habría el alarde, hasta las
"Canciones Gallegas" de Busca Sagastizabal y sus homónimas vascas.
Destacaron con insospechado efecto, el "Loa loa" de Esnaola y el
"Goiko mendia" de Guridi, la primera llena de expresión y encanto,
mientras que la segunda servía de texto de poema. Como cierre del concierto
se cantó dirigidos por el maestro Iguain, de la Coral de Loinaz de Beasain,
el "Gernikako Arbola" . (I) –
Polifonía clásica - -- 8 de
marzo de 1.950 --“EL DIARIO VASCO”- - EL MAESTRO
BUSCA de SAGASTIZABAL HA MUERTO - "El día de ayer tuvo su
nota necrológica. Don Ignacio Busca Sagastizabal ha muerto cristianamente, a
los ochenta y un años de edad, después de una vida apasionada y productiva,
ejercida con noble empeño y vocación en el campo musical. Cuantos nos
honramos con su amistad, sabemos de sus virtudes y competencia profesional,
puestas siempre al servicio del culto religioso y del arte profano, con
singular inclinación. Su temperamento artístico dice al mismo tiempo las inquietudes
y sentimientos que se debatían consistentes y briosos por ocupar un lugar en
las líneas y espacios del pentagrama. Basta señalar un solo detalle para
expresar que de su fecundidad brotaron páginas, que han alcanzado universal
renombre y que siguen figurando como testimonio vivo de unos sentimientos
entregados a las más elevadas ideales. Y esta muestra la tenemos en el
"Himno Eucarístico del XII Congreso Internacional" que dedicado a
la infanta Isabel, se ha constituido en plegaria obligada en los cultos
litúrgicos. El maestro Busca de
Sagastizabal nos ha legado una obra de gran trascendencia, tanto en el
aspecto religioso como en el profano. Su pluma ha recogido múltiples
impresiones del espíritu y del paisaje que, a modo de lienzo, tienen su marco
apropiado en el ambiente correspondiente. A sus dotes de compositor unió
su condición de organista, cargo que ejerció con extrema fidelidad en las
parroquias madrileñas de Santa Bárbara y San Francisco el Grande, cuyos
cultos alcanzaron señalada brillantez. En la obra profana destaca su
inclinación por las estampas de carácter pintoresco, de ambiente popular,
salpicadas de pinceladas agudas y precisas, para obtener en el conjunto
armónico y rítmico, efectos sorprendentes que acusan un indiscutible poder de
conocimiento coral. En este aspecto del arte musical es donde mejor se
manifestaban sus dotes creadoras. El arte popular, debe mucho al maestro
Busca Sagastizabal, particularmente Galicia y Vasconia, a las que ha dedicado
especial atención, obteniendo páginas que figuran en el repertorio de
nuestras masas corales, como joyas modelos del arte cantado popular. La figura de Don Ignacio, será
recordada siempre con el mejor afecto. A los ochenta y un años, su pequeña y
cuidada barbita, prestaban a su persona el aspecto caballeresco de una
persona vinculada al arte. Poeta y músico, que ha podido exhibir con entera
honorabilidad. Su conducta ejemplar deja una impresión profunda de su alma. No hace todavía seis meses, Don
Ignacio Busca Sagastizabal, recibió en San Sebastián el aplauso fervoroso de
una afición entusiasmada. Las lágrimas asomaron a sus ojos, que emocionado,
agradeció el merecido tributo de admiración. Hoy lo lloramos todos; desde
quienes hace años compartimos su amistad, y quienes a través del papel
pautado, conocieron la nobleza de un corazón artista, viril en sus gestos y
espiritual y profundo en los sentimientos. ¡Descanse en paz el inolvidable
maestro!.” 8 de marzo de 1.950 "LA VOZ de ESPAÑA" - - FALLECIMIENTO DEL MAESTRO
BUSCA SAGASTIZABAL - En la madrugada de ayer,
falleció en Zarauz, el maestro Busca de Sagastizabal. Fue organista de San
Francisco el Grande de Madrid, durante muchísimos años destacando como habilísimo
improvisador. Para los Luises de la capital, escribió varias comedias, entré
ellas "El Crimen misterioso" tan popularizado después. Compuso también varios himnos,
entre los cuales, merece destacarse especialmente el Himno Oficial del
Congreso Eucarístico, el conocido "Cantemos al amor de los amores".
En la manifestación coral de
las Mil voces de Guipúzcoa, se cantaron dos canciones suyas -gallegas y
vascas - y el público le tributó en el palco, un grandioso homenaje de
admiración y cariño. Era hijo de Zumárraga, y los funerales se celebran hoy
en la villa natal. Descanse en paz, el patriarca de los compositores
guipuzcoanos. --- JUAN IGNACIO BUSCA SAGASTIZABAL
HOY Juan Ignacio tuvo un papel
destacado con sus composiciones que perdura hoy en día, nos lo recuerdan los
PP. Agustinos de Montejo de la Sierra con este entrañable comentario : Como bien
sabes..., "tu antepasado"..., Ignacio Busca Sagastizabal,
tenía ese especial carisma musical que deja huella... Hoy sigue
cantándose, probablemente con la misma "emoción" de entonces
(hablamos de 1911), el Himno Oficial del XXII Congreso Eucarístico
Internacional de Madrid..., "Cantemos al Amor de los amores"... La letra
del P. Restituto del Valle (agustino)..., literato y poeta..., también
inspirada..., encontró para siempre su partitura... Y...,
ambos vuelven a encontrarse en la composición del Himno de
Covadonga (1918)..., y del Himno a San Agustín: "Vuelve a luchar por
Cristo"..., que seguimos cantando los agustinos en las grandes
solemnidades... Un saludo´ PRINCIPAL
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